Por qué nos ven así: Construcción histórica de la imagen de México por medios estadounidenses 

A finales de la década de los años setenta, la UNESCO publicó un estudio estadístico en el que se demostraba cómo los países en desarrollo, compuestos por casi tres cuartas partes de la población mundial, apenas retenían una cuarta parte de las infraestructuras de distribución de las señales de radio y televisión y de la distribución de receptores de estos mismos medios (Murciano, 1992).

– “¿Estás sano y salvo?”, me preguntó un cliente holandés vía telefónica la semana pasada. 

– “Sí ¿por qué me lo preguntas?”, respondí. 

– “Porque vi en CNN todo lo que está pasando en México”. 

Flujos mediáticos o prejuicios etnocéntricos 

A finales de la década de los años setenta, la UNESCO publicó un estudio estadístico en el que se demostraba cómo los países en desarrollo, compuestos por casi tres cuartas partes de la población mundial, apenas retenían una cuarta parte de las infraestructuras de distribución de las señales de radio y televisión y de la distribución de receptores de estos mismos medios (Murciano, 1992). Aunque este estudio también reveló mayores desigualdades entre los países desarrollados y los países en vías de desarrollo en lo que respecta a los medios impresos, con una relación de 6 a 1, el pronóstico para un futuro reequilibrio quedó muy lejos de ser posible sobre todo por los antecedentes históricos en las asimetrías de los flujos mediáticos. 

Bajo la perspectiva del imperialismo cultural, algunos investigadores concluyen que las asimetrías en el flujo mediático global son el resultado de la forma en que el sistema capitalista internacional obliga a que las élites dominantes de los países desarrollados mantengan fuertes intereses económicos con los países en vías de desarrollo. Estos intereses que favorecen más a los países centrales, pueden expansionarse en los países periféricos por medio de empresas exportadoras y comercializadoras de bienes culturales (Murciano, 1992). Por otro lado, desde la óptica de la sociología de la producción de los mensajes, algunos teóricos concluyen que son los mismos gatekeepers quienes desestabilizan los flujos comunicativos entre los países centrales y los periféricos a través de los filtros que éstos fijan en la cobertura noticiosa de los países en desarrollo; desde esta óptica se toma en cuenta el fenómeno de la consonancia mediática propuesto por Noelle Numan en el que se postula que los distintos medios de comunicación modernos tienden a cubrir los mismos temas o eventos desde las  mismas formas y bajo las mismas perspectivas (Riffe & Shaw, 1982). 

En 1981, Mustapha Masmoudi, figura vital para el Nuevo Orden Mundial de la Información y Comunicación (NOMIC), calificó al flujo mediático internacional como “flagrantemente desbalanceado” asegurando que más del 80% de la cobertura mediática internacional trata de los acontecimientos que suceden en los países desarrollados,  mientras que los eventos que ocurren en los países en vías de desarrollo son virtualmente ignorados (Potter, 1987). Sin embargo, es en este punto en donde las perspectivas se dividen ante las siguientes interrogantes: ¿Importa más la cobertura mediática de los países desarrollados hacia los subdesarrollados en términos cuantitativos? o ¿importan más las imágenes cargadas de prejuicios planteadas por parte de los países centrales hacia los periféricos?  

Para tener un punto de vista comparativo y que puede servir como referencia cercana, a continuación se abordará el tema específico de México y su presencia mediática en los medios estadounidenses. 

El caso de México ante los medios de comunicación estadounidenses 

En el caso particular del flujo mediático entre México y los Estados Unidos de América, los conceptos como dependencia, dominación y hegemonía, se han quedado cortos para describir esta relación asimétrica. Bajo la perspectiva de académicos como Noam Chomsky y Adolfo Aguilar Zínser, esta relación se debe replantear en términos de prejuicios socioculturales que provienen del propio etnocentrismo estadounidense. Ante este escenario es fundamental abordar el contexto histórico por el cual los medios de comunicación estadounidenses crearon ciertas figuras negativas con respecto a su vecino del sur y cómo es que éstas han sido mantenidas por medios de divulgación muy importantes para la cultura anglosajona, como la prensa y la televisión. 

De acuerdo al ensayista y académico Jorge Capetillo (2002), el origen de las imágenes negativas de México en los medios estadounidenses surgió a mediados del siglo XIX durante la guerra México-Estados Unidos. Sería durante este periodo cuando comenzaron a surgir los retratos del bandido cruel e inepto para referirse al pueblo mexicano. Específicamente, serían las revistas de divulgación masiva del género western los medios que más influirían para construir estos retratos. 

No sería sino hasta la Revolución Mexicana, en 1910, cuando las imágenes negativas de México comenzaran a aparecer en otro medio masivo de comunicación: El cine. Generalmente, las producciones estadounidenses que abordaban a México durante este tiempo, solían construir la imagen de un país desordenado, pobre, salvaje y que podría amenazar la estabilidad estadounidense. También fue durante este periodo, en 1919, en donde se tiene el primer registro de una queja formal por parte del gobierno mexicano hacia el estadounidense por la manera negativa en que se representaba a este país. Fue durante este mismo año cuando el senador King acusó a México ante los medios estadounidenses de ser un país progermánico (Matute, 2006), situación nada prudente dadas las condiciones ya mencionadas. 

Fue hasta la Segunda Guerra Mundial cuando se dio un giro de 180º en la forma en que los medios estadounidenses representaban a México. Se pude asumir que este cambio dramático fue meramente debido a la conveniencia norteamericana, ya que México representaba un aliado estratégicamente vital para éste y sus aliados. A lo largo de la guerra, los Estados Unidos practicaron la política del “buen vecino” y con la ayuda de Hollywood se produjeron largometrajes de gran relevancia que buscaban cambiar las concepciones de América Latina ante las audiencias estadounidenses; ahora se haría mayor énfasis en el folclor cultural de México y en las características “amables” de sus habitantes. 

En las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial las agendas mediáticas estadounidenses, con respecto a México, pasaron a ser las casi las mismas que las que actualmente siguen en pie. La figura del inmigrante que amenaza al sueño americano pasó a remplazar al estereotipo del bandido, generalmente personificado por el actor Alfonso Bedoya,  según el cual se construía la imagen del mexicano. El tema de la inmigración ilegal sería abordado casi siempre desde un punto de vista sensacionalista, a decir verdad, un 57% del total de la cobertura periodística estadounidense hacia los países de la periferia durante el periodo de 30 años posteriores a la Segunda Guerra Mundial se pude considerar como sensacionalista (Potter, 1987). Este tema de la migración de mexicanos hacia Estados Unidos, además de pasar a ser un tema permanente en la agenda mediática [1], desafortunadamente es mezclado continuamente con el tema del narcotráfico… “Así fue como la representación de México como un issue country llegó para quedarse” (Capetillo, 2002). 

Cuando las noticias en televisión y los periódicos adquirieron mayor relevancia entre los públicos estadounidenses para pasar a ser los formatos de información favoritos, México tuvo otra oportunidad para brillar ante los medios. Sin embargo, ya que la cobertura televisiva se nutre de acciones e imágenes dramáticas, i.e. violencia, desastres naturales, guerras y conflictos que buscan construir una hipótesis de la realidad (Schwarz, 2006); la situación política y social de México en las décadas de los 80’s y 90’s no resultó benéfica. Acontecimientos como el terremoto de 1985, los asesinatos de Luis Donaldo Colosio Murrieta y del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo y el movimiento zapatista en Chiapas encabezado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional; fueron temas que resaltaron en los titulares de las noticias. El gobierno mexicano, encabezado en ese entonces por Miguel de la Madrid, buscó desesperadamente una forma de mejorar la imagen de México ante los medios masivos estadounidenses. Un avance se logró  en el año 1981 cuando por primera vez el diario Wall Street Journal envió corresponsales a nuestro país, de esta manera los medios estadounidenses ya no se basarían en las agencias informativas internacionales para cubrir los acontecimientos en México. De la Madrid llegó a construir una relación de mutuo acuerdo con la prensa norteamericana al emplear trucos sucios como la provisión de fuentes falsas y la restricción de áreas de cobertura. 

Durante la gestión de Carlos Salinas de Gortari se establecieron relaciones sólidas, cordiales y fluidas entre México y los medios norteamericanos. Presumiblemente esto se logró gracias los estudios de posgrado de Salinas en la Escuela de Negocios de Harvard y a su excelente relación personal con George Bush. Al igual que su antecesor, Carlos Salinas también se bastó en utilizar “trucos” mediáticos para atraer la simpatía del pueblo estadounidense; su administración contrató servicios de relaciones públicas y de cabildeo profesional que ejercieron mucha presión en los consejos editoriales y los conglomerados mediáticos norteamericanos. De acuerdo a Noam Chomsky citado por el autor Douglas Rushkoff (1996, p.23), estos trucos mediáticos que involucran relaciones públicas y cabildeo solo buscan controlar la mente del público. 

Al día de hoy, la imagen de México como un país con un futuro caracterizado por la modernización y los avances tecnológicos que se logró forjar en parte durante la gestión de Salinas, se ha ido sustituyendo por estereotipos arcaicos de los años setentas. Algunas producciones cinematográficas como Traffic (2000), el refrito de Man on Fire (2004) o El Infierno (2010); sirven como pruebas fehacientes del regreso hacia esta perspectiva. El Mexico’s Moment, como auguraba el diario The Economist, duró muy poco y entró rápido a una fase de entropía.  

Uno de los problemas actuales que surgen a partir de las situaciones planteadas en esta breve reseña de la historia de México y su relación con los medios estadounidenses, tiene que ver con la perspectiva del análisis del cultivo. Según Morgan y Shanahan citados por Huerta (2006), “la televisión latinoamericana ha recibido tanta influencia de los Estados Unidos, que sus supuestos pueden ser replicados con mucha facilidad”.  Pero más allá de la replicación de estos supuestos, uno de los problemas más graves de este desbalance histórico está en las repercusiones económicas provocadas por la proyección negativa de los países en desarrollo; miedo a invertir en ellos, falta de capacidad internacional en asuntos políticos y poca credibilidad en competencias técnicas y científicas. Esto debe preocuparle sobre todo a un país en transición económica como México. 

[1] No solo en la agenda mediática sino en muchas referencias intelectuales que tienen que ver con la diplomacia y temas de relaciones internacionales. Un ejemplo muy agresivo es la teoría contenida en el artículo The Hispanic Challenge del autor Samuel P. Huntington publicado en la revista Foreign Policy en 2004. 

Por Alejandro Servin Arroyo 

Socio Director en Antropomedia 
 

alejandro@antropomedia.com 

Bibliografía comentada: 
 

Capetillo, Jorge (2002, marzo-abril). Imágenes plagadas de prejuicios. Revista Mexicana de Comunicación, 74. 

  • El autor, ensayista y académico de la New School for Social Research de Nueva York, presenta un extenso análisis de los productos culturales estadounidenses desde el siglo XIX y hasta fechas recientes. Su trabajo es muy crítico con respecto a cómo se presenta la imagen Estados Unidos (país desarrollado, alineado y en orden) en comparación con México (hogar del bandido, el greaser, el narcotraficante y el corrupto). 

Huerta Wong, Juan Enrique (2006, mayo). Los programas de televisión estadounidenses y la percepción de la violencia en televidentes de Monterrey, México. Zer, Revista de Estudios de la Comunicación. Vol.II , 20. Págs. 45-64. 

  • El autor, investigador asistente de la Cátedra de Investigación en Medios Audiovisuales en Globalización en América del Norte del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, resuelve la hipótesisque plantea si existe o no una relación directa entre la exposición a la televisión estadounidense y la construcción social de la realidad de los habitantes de Monterrey. El autor parte de la base de que las películas norteamericanas sí se relacionan con la influencia del temor en los regiomontanos. El artículo, desde el punto de vista teórico, resulta interesante ya que busca comprobar (aunque no lo diga abiertamente) que las teorías de Gerbner con respecto al proceso de cultivo siguen vigentes. 

Matute, Álvaro (2006). El fantasma de la intervención: Los Estados Unidos y México en 1919. Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México. UNAM. Vol. 16, Doc. 9.: http://www.iih.unam.mx/moderna/ehmc/ehmc16/208.html#nf2 

  • El autor es investigador emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México y ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2008. Su artículo referente al las huellas de la intervención de México por los Estados Unidos, está sustentado principalmente por fuentes periodísticas de los diarios del periodo de la Revolución Mexicana. 

Murciano, Marcial (1992). Estructura y dinámica de la comunicación internacional. 2ª ed. Barcelona: Bosch Comunicación. 

  • El autor es Doctor en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Barcelona. Ha realizado estancias de Investigación en la UNESCO, en el CETSAS (Francia) y en el Consejo e Europa (Estrasburgo). Sus tratamientos teóricos se basan en los factores de la transnacionalización de los medios de comunicación y los flujos mediáticos internacionales. Gran parte de las referencias bibliográficas que plantea, provienen del autor Galtung y de sus teorías de la organización del sistema mundial (países del centro y países de la periferia). Murciano se refiere a esta división tal cual la expresó Galtung, nunca los divide como países en desarrollo o desarrollados. 

Perry, David & Pasadeos, Yorgo (2002, invierno). Perceptions of Sensationalism Among U.S. Citizens and Mexican News Audiencies.  Newspaper Research Journal. Vol. 23. ISSN: 0739-5329. 

  • Perry es profesor asociado del College of Communication and Information Sciences de la Universidad de Alabama y Yorgo es profesor de cátedra de esta misma institución. Su estudio compara las concepciones de “sensacionalismo” entre los residentes de Estados Unidos y los residentes Mexicanos, tratando de probar la hipótesis de que cada tipo de residente tendrá una concepción sensacionalista en la forma en que se abordan los problemas en sus respectivos países. A pesar de que sus resultados comprobaron la hipótesis, por usos y costumbres o por una apreciación personal empírica, la afirmación final de los autores de que “los estudiantes mexicanos son más adultos” para consumir las noticias requiere de mayor investigación y de un muestro mucho más amplio. 

Postman, Neil & Powers, Steve (1992). How to Watch TV News. 1ª ed. Penguin Books. Estados Unidos de América. 

  • Postman, teórico norteamericano y crítico cultural que publicó más de 18 libros tratando temas de comunicación y sus posturas “apocalípticas” frente a las nuevas tecnologías de la comunicación. Steve Powers es un periodista de televisión que revela en esta obra muchos de los “secretos” que este medio tiene con respecto al tratamiento de la información y el agenda setting. Esta obra es particularmente rica considerando los orígenes de los autores y su amplia profundización en la perspectiva de la economía política. 

Potter, W. James (1987, primavera). News from Three Worlds In Prestige Newspapers. Journalism Quarterly. Vol. 64, 1. ISSN: 0196-3031 

  • El autor es profesor del Departamento de Comunicación de la Universidad de California en Santa Bárbara. Tiene un Doctorado en Comunicación y otro en Sistemas para la Instrucción. El estudio de Potter se basa en un análisis del contenido de los periódicos estadounidenses New York Times y el Chicago Tribune a lo largo de 30 años. Los temas revisados por Potter tratan acerca del contenido cuantitativo que estos medios le otorgan a las noticias que conciernen a los países “de tercer mundo” y busca demostrar los desbalances que existen en el flujo de comunicación de estos medios hacia los países en desarrollo. Es muy importante el revisionismo histórico que hace el autor para sustentar un poco más sus hallazgos en el análisis de contenido. Potter, desde un principio deja claras sus postura a favor de los postulados de Mustapha Masmoudi en cuanto al Nuevo Orden Mundial de la Información y la Comunicación.  Desafortunadamente, su estudio presenta el sesgo provocado por los países que formaban al bloque de la ex Unión Soviética, por lo tanto, se le reste validez vigente a sus hallazgos. 

Schwartz, Andreas (2006, marzo). The theory of newsworthiness applied to Mexico’s press – How the new factors influence foreign news coverage in a transitional country. Communications: The European Journal of Communication Research. Vol. 31, 1. Págs. 45-64. ISSN: 0341-2059. Disponible para consulta general en: http://www.reference-global.com/toc/comm/31/1 

  • Andreas Schwartz es investigador asistente del Departamento de Estudios Mediáticos de la Universidad Tecnológica de Ilmenau y administrador del grupo de investigación Crisis Communication. Su artículo se basa en los postulados de Galtung & Ruge y su trasposición hacia el contexto de la prensa escrita en México. Su estudio plantea dos preguntas de hipótesis: 1) ¿Se puede aplicar la teoría de la relevancia noticiosa en otros contextos fuera de Europa en donde fue concebida?   2) ¿Cuáles son los criterios que pueden predecir la cobertura de las noticias internacionales  y que como resultado pueden moldear las imágenes retratadas por la prensa mexicana? 
  • Para comprender el estudio de Schwartz resulta benéfico el conocer los tres periódicos en los que él se basa para su investigación: La Jornada, Reforma y El Universal. Otro factor que el autor aclara hasta sus notas finales es que durante su proceso de investigación, los periódicos antes mencionados usaron como fuentes primarias de información las proporcionadas por agencias de noticias internacionales (AP, DPA, Reuters y EFE), tan solo 18 artículos se basaron en Notimex. 

Otras fuentes: 

  • Riffe, Daniel & Shaw, Eugene (1982, invierno). Conflict and Consonance: Coverage of Third World in Two U.S. Papers. Journalism Quarterly. Vol. 59, 4. Págs. 617-626. 
  •  Rushkoff, Douglas (1996). Media Virus. Random House Inc. Estados Unidos. Págs. 3-25. 
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