Una discusión sobre la forma de investigar Internet desde los estudios netnográficos y sociométricos.
Un argumento sumamente utilizado: en Internet todo se mide y materializa a través de conexiones. Un like no sólo es un like sino un vínculo entre un perfil y una publicación; dos nodos (el perfil y el post) unidos bajo un arista titulada “like”. Igualmente, un click no sólo es un click solitario, sin ningún efecto en la red, más bien éste puede ser representado como el vínculo de dos sitios online ocasionado por la acción del sujeto que está navegando; representación gráfica, nodolink1 vinculado con nodolink2 (n1—-n2). O, por poner un último ejemplo, una aceptación de amistad en una canal de Social Media no sólo es un acto de buena fe, en la que una persona le abre las puertas de su perfil a otra, también es una creación de una arista; en caricatura: la persona1 teje un hilo con la persona 2 (P1—-P2).
¡De qué estamos hablando!, de hilos, aristas o rayas que nos unen y forman una red. Desde esta visión sociométrica (que grafica la realidad en sociogramas o grafos), la red en Internet se puede comprender desde las uniones de los actores, o como diría Latour, actantes (por su carácter no humano). Sitios web, post, contenidos, blogs, perfiles, videos, se unen y desunen todos los días estableciendo una urdimbre cibernética de carácter rizómatico deleuziano, esto es, una red que no tiene principio ni fin, en constante cambio y movimiento, descentralizada, y que cualquier punto puede conectarse con otro o adquirir relevancia y visibilidad. Su forma la adquiere desde el uso de los mismos usuarios, junto con los algoritmos cibernéticos de los motores de búsqueda que propician ciertos caminos (conexiones), en vez de otros.
Sin embargo, no necesariamente todo es caos y descontrol. A pesar de tener esta lógica no estructural, podríamos decir que las mismas conexiones, en muchas ocasiones, comienzan a indicar ciertas tendencias, propiciando que se repitan las mismas prácticas, las mismas conexiones, y que los grupos offline se inserten al mundo online. Muchas veces los mismos algoritmos propician que los vínculos entre un link y los perfiles se repitan a gran escala, y por otro lado, en los terrenos de Facebook, lo que propicia un orden general en la incorporación de las nuevas amistades, son las relaciones que ya se generaron en otros cíber-lugares (como el mail, u otros medios sociales), las conexiones que tus mismos cíber-amigos ya tienen (de ahí las propuestas que te lanza Facebook) y las relaciones que se entablan fuera de la pantalla.
Esto ya lo había mencionado Barabási, cuando comenta que la mayoría de las redes no siguen una distribución aleatoria, sino que, por el contrario, presentan una gran concentración de enlaces en unos pocos nodos. El número de enlaces por nodo sigue una distribución de ley potencial: las nuevas incorporaciones tienen una tendencia mayor a conectarse con nodos ya formados y con un gran número de conexiones (hubs), lo que se denomina network dependent path dependence. Así, la red influye en el individuo a pesar de no ser directa, o en otras palabras, las conexiones de segundo y tercer grado influyen también en el sujeto, no necesariamente la influencia se genera desde conexiones fuertes, familiares o conocidas, o desde el individuo único e influyente (Chistakis y Fowler).
En este sentido, si analizamos la red podemos prever, sin hambre a determinismos, ciertas conexiones futuras y caminos online, además de entender la razón por la que un clúster (tribu lo llamaríamos nosotros) se encuentra unida: el tótem y los significados que comparten los integrantes. Asimismo, también podríamos entender por qué hay sitios web más utilizados que otros, recordando que la plusvalía de una plaza pública virtual no tiene que ver con un terreno físico (como las casas y plazas físicas), sino con lo conectado que esté, su posicionamiento y tamaño en la telaraña cibernética.
Las conexiones humanas son importantísimas para entender la individualidad online, y viceversa: los contenidos que se vuelven virales, las formas en que las personas se presentan en la los medios sociales, los sitios web que adquieren relevancia, dependen tanto de la red que se comienza a materializar por las acciones online, y al mismo tiempo, de las mismas acciones de los usuarios. Red e individuo forman, entonces, un objeto de investigación interrelacional que es necesario analizar tanto en micro (acciones online) como desde la estructuras (sociogramas y grafos).