Una exposición del modo asincrónico y sincrónico de construir un corpus para la investigación.
La sincronía y la asincronía son las caras o expresiones del tiempo que para todo investigador resultan relevantes, pues posibilitan un modo de hacer investigación: de producir un corpus mediante la interacción o de ir al gran archivo histórico a analizar el objeto de estudio. En un lado, se observa lo vivo, lo presencia, en otro lo muerto, o mejor dicho, lo petrificado.
Un ejemplo que pareciera distante pero que ayuda a entender la oración anterior: Goffman y Foucault. Ambos autores analizaron a las instituciones penitenciarias. El canadiense lo hizo de manera indirecta al ingresar a una psiquiátrico para después armar un modelo teórico que explicara las instituciones totales (en donde entra la cárcel); el francés de forma directa al ir a los textos históricos que hablaban de los modos de castigar desde la Edad Media hasta el siglo XIX, y por ende, se hacía mención de la cárcel pero también de los rituales supliciantes como la horca, o el aniquilamiento y desmembramiento de la persona pública.
Asimismo, en términos de sincronía y asincronía, se puede hacer la diferencia. Foucault fue a textos históricos asincrónicos para llegar a la conclusión de que existen tecnologías políticas de cuerpo que se transforman históricamente por la red de prácticas, instituciones y discursos dentro de un entramado colectivo; la cárcel, surgida en el siglo XVIII, no es un invento más humanitario o benigno, sino es una tecnología de poder disciplinaria más eficiente y más económica. Goffman, en cambio, fue a producir su corpus de investigación desde lo sincrónico: produjo interacciones desde su posición de etnógrafo, y observó interacciones que le permitieron describir las características mortificantes y totalizantes de este tipo de lugares.
Dos acotaciones antes de seguir con la explicación. La sincronía y la asincronía de la investigación no son excluyentes, uno puede ir a archivos históricos, y a la vez, ingresar a las instituciones penitenciarias para entender cómo funcionan las cárceles. Y por otro lado, no es que los autores que se pusieron de ejemplo llegaran a las mismas conclusiones o que buscaran comprender lo mismo, cada uno tenía distintos objetivos, y sus resultados hablan de cosas distintas: uno se enfoca en lo histórico para entender el poder y saber pensados desde la relación, y la vez, tiene la preocupación de explicar la conformación de la cárcel; y el otro trata de entender el funcionamiento de las instituciones totales, es decir, la vida dentro de éstas. Mirada histórica abstracta de Foucault y experiencia etnográfica de Goffman.
Ahora, si pensamos en un estudio que involucre la sincronía y la asincronía de la vida cotidiana, sin excluirlas, la netnografía o antropología digital pueden posibilitar este estudio. ¿En qué sentido? Según Kozinets Internet es un espacio que involucra las dos expresiones del tiempo: La Web es una gran conversación pero también es un gran archivo de conversaciones.
De esta manera, desde estudios sociométricos y netnográficos uno puede analizar la experiencia humana desde un corpus sincrónico: conversaciones que se generen desde la propia interacción del investigador con los perfiles que observa (aquí uno tiene que preguntar, proponer argumentos, hacer afirmaciones, etc.). Y también desde lo asincrónico, en donde el investigador funge como un lurker, un mirada que ve y no es vista: ir a conversaciones en blogs de hace 6 años sobre el tema investigado, analizar las publicaciones de los perfiles de hace 10 años, releer las noticias antiguas mediante motores de búsqueda, etc.
La dicotomía sincronía vs asincronía de la vida cotidiana se desvanece un poco desde esas nuevas formas netnográficas de indagar. Habrá que poner atención a las nuevas maneras de ir al gran archivo y de interactuar con los webactores.
