Lo digital: pensar y estudiar fuera de lo dicotómico 

El tiempo es más que minutos, segundos, y milésimas de segundo.

Una reflexión sobre la experiencia, el tiempo y los métodos de investigación digital. 

El tiempo es más que minutos, segundos, y milésimas de segundo. Siguiendo a Chul Han, es posible definirlo como un marco narrativo vivo y movedizo mediante el cual se construye la experiencia humana; e incluso también es un actor, ya que tiene la capacidad de hablar desde el silencio (Hall). Por ejemplo, si uno llega tarde a una junta de negocios, el tiempo demorado hablará por uno, acreditándolo como un sujeto grosero, impertinente y poco profesional.  

Cuestión de narrativas. El sujeto habita (y se construye) entre la transición entre el pasado y el futuro; tiene una intensidad temporal a diferencia de la vivencia que es puntual y pobre en temporalidad. De ahí que si la narrativa temporal está inserta en la lógica de la salvación, uno piense su vida (y a él mismo) como un momento cíclico, gobernado por una instancia suprema (Dios), un cosmos que pone todo en su lugar y exime de responsabilidad al sujeto; el tiempo se vuelve un guía, un orden supra humano.  

En cambio, si se piensa la narración temporal desde la idea del progreso científico: el ser humano es dueño y responsable de sí mismo, es el que determina su destino hacia un progreso o decadencia en línea recta, sólo tiene que apretar el acelerador para llegar al mundo prometido. 

En el caso de Internet, el tiempo, según Byung Chul Han, no tiene este tipo de continuidades lineales, sino que es el resultado de una atomización y dispersión temporal (disincronía): falta de narración. De hecho, nada tiene un carácter definitivo: es un tejido de posibilidades de conexión, de links, que en lo fundamental no se distinguen unos de los otros. Está formado no por fases continuadas y transiciones, sino por acontecimientos y circunstancias discontinuas. 

Sin embargo, a pesar de que el argumento describe cierta lógica temporal digital, se queda corto cuando uno piensa la realidad online y offline como un continuum, y no como realidades independientes. Bastante de lo que ocurre en la pantalla está intermediado por acontecimientos fuera de ésta, que uno pudiera pensarlos desde la temporalidad del progreso o la temporalidad de la salvación. Si bien es cierto que el momento en Internet es disperso, también es cierto que la experiencia humana sigue construyendo, en ciertas ocasiones, la red desde narrativas continuas y definidas. 

Y es justo aquí donde cualquier estudio de datos (Big Data) se queda corto, o al menos, parcial en sus conclusiones. Por más que se tengan millones de números al cuadrado que expliquen bajo correlaciones la conducta del individuo, los aspectos culturales que surgen en la intermediación del continuum se ocultan bajo un visión técnica, informática y automática. La experiencia humana (producto de las narrativas temporales) no se puede medir en datos y números, se comprende densamente desde los métodos etnográficos (que salen a campo offline) que la antropología, la sociología y la psicología social, etc, han contribuido a construir, junto con las herramientas algorítmicas que permiten trazar el mapa de relaciones de la red. Es una cuestión de entrelazamiento, en donde uno puede entender que a pesar de la dispersión que produce la Web, existen ciertas prácticas que se instalan desde narrativas definidas, tal como la idea del progreso. 

En concreto, a pesar de que en pleno 2017 todavía no hay un acuerdo definitivo de cuáles son las herramientas, técnicas y métodos para entender Internet, existen ciertas propuestas similares que permiten entender la construcción de la experiencia humana: la antropología digital, la netnografía, la etnografía en sus distintos formatos (virtual, digital o E3), y los estudios sociométricos o estudios culturales de redes. Métodos y técnicas enriquecedoras, ya que cada uno con su perspectiva y acotaciones se pueden posicionar frente a la red semiótica digital desde lo que Berry (2011) denomina el “giro computacional”: el momento en que las técnicas informáticas se entrecruzan con los saberes culturales o sociales para producir análisis más densos y cualitativos desde datos. 

BigData-EstudiosCulturales. Offline-Online. Virtual-Real. Continua-Discontinua. Las dicotomías no son apropiadas para entender los fenómenos digitales. De ahí que la propuesta para estudiar la red sea pensar y poner en práctica la investigación más en términos rizomáticos que de contrarios. Más en entender cómo se instalan algunas narrativas en la red desde procesos temporales particulares. 

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